martes, 15 de diciembre de 2009

Rayados Campeón.

Quienes me conocen, saben lo importante que es para mi este acontecimiento, así que no podía dejar de escribir al menos unas lineas al respecto.

Durante mis primeros años de vida, sentía un odio impresionante hacia el futbol pues detestaba escuchar a mis compañeros de la escuela gritar con sus voces agudas: "Gol" o pelearse energicamente repitiendo: "Pasala, mugre cremoso", por ello, cuando veía en la tele a los profesionales, me venían a la cabeza sus voces pilludas y prefería cambiarle a la lucha libre y seguir a Blue Panther.

Sin entrar en detalles y haciendo un gran esfuerzo por recordar, creo que fue en 1993, todavía en Cd. Victoria (pasé mis primeros 7 años ahí) cuando nació mi gusto a este juego, y sin duda fue el resultado de varios acontecimientos: Aquella clase de Educación Física en la que me pusieron de portero y no lograron anotarme un solo gol ("El Brooody"), de la Copa América 93, de que mis compañeros, sabiendo que yo nací en Monterrey, se burlaran de cuando perdían los Rayados para insinuarme que el Correcaminos de Victoria era mejor equipo (sus 14 años en Segunda División son muestra de lo equivocados que estaban) y de las vacaciones de verano con mi primo Miguel tarareando el himno de los Rayados todo el tiempo.

De esta manera, ya instalado en Monterrey, y a pesar de descubrir en esas épocas que mi padre era Tigre y de que en los medios de comunciación nacionales sólo hablaban de "El Amerique", "Las Chives" o "Los Pumes" y en los locales, Roberto Hernández Jr., se desvivia apoyando a los Tigres, diciendo que los Rayados eran un equipo sin color, me puse mi primer camiseta Rayada y no la volví a soltar jamás.

Fue así que vinieron las épocas de: Tirzo Carpizo, Oscar Pantoja, Edson Zwaricz, Sergio Lobo, Christian Torres, "El Pajaro" Domizzi, Maná Maldonado, Miguel Ramirez, Rodolfo "Tapita" García, Lorenzo Saez, Andres Garza, Gabriel Ruiz, Tomas Boy, Eduardo Solari, Claudio Lostanau, Hector López, Danilo Sacramento, Julio Cesar Yegros; Épocas terriblemente dolorosas, llenas de decepciones y humillaciones.

Por ello, tal como en el 2003, y después de sufrir en 2004 con Christian en la porteria y en 2005 con Chiquidracula en el silbato, el domingo exploté en grito de euforia, locura y sobre todo, mucho, mucho alivio.


Gracias Rayados.

Adrián Ricardo Flores Lozano.

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