miércoles, 21 de enero de 2015

Quién estaba ahí



Estrecharon tu mano, te escucharon. Se tomaron una foto contigo. Hubo comida, te dieron un abrazo, quizá hasta un beso en la mejilla y un par de "souvenirs". Se portaron muy amables.

Viste sus fotos y vídeos con las barrenderas, con los obreros, con las jefas de familia, con los campesinos. Estaban ahí comiendo tacos como cualquier "mortal" o bailando música popular con los ancianos. Te convencieron de que esta vez sí eran sensibles a las necesidades del municipio o estado y que "construirían un mejor mañana".

Con la euforia provocada por las promesas, tal vez hasta cantaste un par de porras y pegaste calcomanías en tu carro o casa sin importarte que quizá no fueran tiempos de campaña. 

Estaban ahí contigo, de eso no parecía haber duda pero quién estaba ahí cuando:

Tuviste que pagar rescate por el secuestro; Cuando viste un cuerpo colgando de un puente o brazos y cabezas tiradas en la calle. Cuando tipos empistolados y con actitud altanera te obligaron a irte de algún lugar. Te asaltaron a plena luz del día. "Se murió" el barrio antiguo. La lluvia tiró pedazos enteros de calle o destrozó tu casa. Escapaste de tus secuestradores y el policía en lugar de ayudarte te regresó con ellos. Tuviste que cerrar tu negocio porque no podías "pagar la cuota".

Cuando te exigieron "moche" para entrar a trabajar u obtener un proyecto. Cuando, sin que nadie pudiera evitarlo, un casino ardió en llamas y perdiste a un ser querido. Te quitaron el carro para "narco bloquear" las calles. Un prepotente llegó a una jefatura y te quitó tu trabajo para "meter a su gente". Un policía te revisó hasta el cansancio para buscar en qué te habías equivocado porque para ti sí hay "cero tolerancia" o "te sembró" drogas o armas. Cuando tuviste que recurrir a un "grupo rudo" para estar en calma. Tuviste miedo a salir de noche o a viajar por carretera. Tus amigos o familiares se "tuvieron" que mudar. Te robaron y no fuiste a denunciar no sólo por considerarlo inútil sino por miedo a represalias. Un bache te destrozó una llanta. Dejaron libre al violador, secuestrador o asesino que arruinó tu vida y además de rabia sentiste pavor. Cuando desapareció tu ser querido.

Cuando tuviste que dejar la escuela para trabajar. Tu jefe te dijo que "no le servías embarazada". Tu patrón te despidió sin motivo o cuando un trabajador te chantajeó con una demanda exagerada. Los ministeriales o hasta los militares te pidieron "para las cocas" por hacer su trabajo. Altaneros e ineptos ocuparon puestos directivos solamente por sus "relaciones".

Cuando descubriste que tener amigos es más importante que trabajar bien. Cuando viste que ellos tenían mansiones o lujos y nadie hizo nada para castigarles. Cuando entre los sonidos de balas lo más inteligente fue tirarte al piso y esperar que nada te pasara. Cuando un candidato te pidió dinero durante una “plática amistosa”. Cuando la calidad de vida disminuyó considerablemente.  

Nadie. Porque esas cosas se tienen que enfrentar desde la más profunda de las soledades, porque “así funciona la cosa” y tú solamente existes en tiempos electorales. Eres un voto potencial o un voto otorgado.

Mientras tanto, ellos se acusaban tratando de convencerte de que “unos pactan con narcos y otros no” o de que “la culpa no es nuestra sino de otro nivel de gobierno” sin jamás dejar de planear el reencuentro contigo, ese momento en el que vendrán nuevos abrazos tuyos, un par de regalos y la promesa de “juntos” ir por un cambio prometido desde hace décadas. Románticos irremediables.

Pero no te preocupes, en estos meses volverán a estar contigo, otra vez se portarán “raza” y quizá hasta más cariñosos.

Feliz aniversario electoral, mis amores.




Adrián Ricardo Flores Lozano. 2015