viernes, 17 de enero de 2014

Autodefensas

No son grupos de insurrección que pretendan revelarse contra el Estado (todavía) sino que intentan sustituirlo para cubrir un vacío ocasionado por la ineptitud e indiferencia de sus representantes..

Un colectivo armado que en lugar de formarse con la intención de derrocar líderes o instituciones, lo hace para reemplazar las funciones del Estado es mucho más alarmante pues  no se trata de un asunto de confrontación de ideologías políticas sino de un conjunto de necesidades que no son atendidas, entre ellas la seguridad.

Contrario a las conclusiones elitistas sacadas al vapor por múltiples personas, decidir dejar todo atrás y tomar las armas para defenderte por ti mismo no es una decisión que se tome a la ligera, independientemente de la condición social o nivel educativo, menos aún si en algunos casos se trata de pelear contra un grupo del "crimen organizado". 

No sólo existen grupos de autodefensa en Michoacán. Se han reportado grupos en al menos 10 estados de la República como: Guerrero, Jalisco, Morelos, Veracruz y Chihuahua entre otros. Más evidencias de que el nuestro es un Estado fallido.

Los niveles de injusticia, impunidad, corrupción, ineficacia y abuso de poder, aparentemente transformaron las vidas  de los miembros de las autodefensas en algo que vale más arriesgar que proteger con miedo; creer que estas personas no tienen nada qué perder porque son pobres es también creer que su muerte no constituye pérdida alguna.

Debe mencionarse que el hecho de que estos civiles cuenten con armas, incluidas algunas de uso exclusivo del ejercito, es otra muestra del problema principal: las normas y prohibiciones son una simple sugerencia que la mayoría opta por no tomar en cuenta jamás; armarse en México no es algo difícil.

Sin embargo, por ningún motivo debemos convertir a los miembros de las autodefensas en héroes inmaculados. Los civiles armados y las fuerzas ajenas al Estado que alcanzan poder históricamente han producido sangre y desgracias. Los propios grupos del crimen organizado, aunque con causas y móviles distintos, son también ciudadanos con acceso a armas ilegales que alcanzaron un poder que ahora ejercen de manera despótica.

El aparente heroísmo y la valentía de quienes se organizan para defenderse no debe distraernos del inmenso y latente riesgo que representa su presencia en las calles y su posible turbación.Ya en otros países como Colombia, distintos grupos paramilitares y autodefensas han tenido enfrentamientos desastrozos (la Masacre de Bojayá en 2002), asimismo, la posibilidad de que intereses ajenos a la causa de origen utilicen estas fuerzas a su favor inevitablemente nos lleva a pensar en las "milicias populares", "milicias partidarias" y demás grupos que colaboraron enormemente a la formación de distintos regímenes totalitarios alrededor del planeta (bando sublevado en España o los camisas negras en Italia, por ejemplo), sin que podamos ignorar que el propio Consejero General del Consejo Ciudadano de Autodefensa en Michoacán reconoce que alguna vez los ciudadanos insatisfechos hicieron alianza con el cartel de "La Familia" para combatir al cartel de "Los Zetas".

La existencia de los grupos de autodefensa debe ser vista como un grito de desesperación de parte de la ciudadanía hacia un gobierno que ha sido terriblemente inepto en la administración de recursos, la supervisión del destino de éstos, las aplicación de sanciones a quiénes los desvían y principalmente: en la aplicación de justicia en general. No es extraño que las monstruosas cantidades presupuestales que se destinan para "seguridad" no tengan efecto y orillen a los gobernados a situaciones de "asociación defensiva".

Ahora el Estado pretende desarmar a los grupos de autodefensa pero para hacerlo ha recurrido a "prometer" hacer justicia. Nuestros gobernantes viven eternamente en campaña y naturalmente estos grupos ya no creen en las "promesas" y prefieren ver los resultados antes de atender a la petición del gobierno.

Pero el más delicado de los errores, el que resta toda credibilidad a la "postura comprometida y conciliadora" del Estado lo constituye la muerte de las personas durante la entrega de armas. Ya en México alguna vez durante otro conflicto civil borrado de la historia oficial de nuestra educación básica, la guerra de los cristeros, se desarmó y asesinó de la forma más vil y repugnante a los feligreses armados durante los "acuerdos de paz".La transición durante décadas a un estado democrático alejado del autoritarismo es una ficción más en este país de simulaciones.

El tema, delicado, no debe verse desde una postura romántica y enaltecedora ni desde una perspectiva elitista. Se trata de un deprimente diagnóstico: La desesperante impunidad de nuestro país y el ultraje constante a sus normas no sólo enriquece y llena de poder a unos sino que facilita también la toma de armas en otros, independientemente de su causa y al final todos perdemos.



What's so civil about war, anyway?-Axl Rose. 


Adrián Ricardo Flores Lozano. 


Fuentes: 

http://www.informador.com.mx/mexico/2013/487018/6/grupos-de-autodefensa-se-expanden-a-10-estados.htm

http://desinformemonos.org/2013/02/de-policias-comunitarias-autodefensas-y-paramilitares/

http://www.youtube.com/watch?v=JR6zUlX7QYU&feature=share