"Que mal huele", pensé mientras sus dientes amarillos y su pantalón roto y humedo expulsaban un penetrante y despiadado hedor hacía quienes caminabamos por la banqueta.
Sin embargo, cuando el tipo balbuceó la palabra: "Monedas", me detuve y me dije a mi mismo: "Oh, que diantres, soy todo un viajero, seguro si hablo con él, tendré una gran historia para contar", así que me senté a su lado.
El tipo me dijo que se llamaba Pedro y que tenía 43 años, pero sólo 18 de ser vagabundo, pues en los años noventa fue un reconocido empresario y dueño de un emporio mundial de la industria alimenticia, nada más ni nada menos que: "Mc Donalds", mismo que nació de las dos grandes invenciones de Pedro: la hamburguesa y el Hot Dog, y no sólo eso, también en sus ratos libres inventó la bicicleta y las trusas de monitos.
Cuando me disponía a irme, Pedro me gritó enfurecido: "Eh morro, sacate la morralla o te acomodo una verguiza", sonreí y le dije: "Oh, cielos Pedro, eres tan simpático", a lo que él contestó con un amistoso juego de luchitas, y aunque me arrancó un par de cabellos, me sacó sangre de la nariz, casi me tumba un diente, y no paró hasta que le di mi billetera, no se puede juzgar a un tipo así, lleva 18 años sin convivir con nadie.
Oh, si tan sólo comprendieramos lo Valioso de la gente que nos rodea, si tan solo abrieramos más los ojos y los oídos, entenderíamos que este mundo tiene TANTO que contarnos, oh diantres.
Hoy fue pedro, pero ¿QUIÉN SERÁ MAÑANA?.
Adrián Ricardo Flores Lozano.
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