"No me has pagado el dinero que te
presté, te voy a meter a la cárcel".
"Lo que
estamos firmando es sólo una servilleta, no tiene ninguna validez, quédese
tranquilo".
¿Cuántos de
nosotros sabemos que las afirmaciones anteriores carecen de validez?, ¿Cuántos conocemos principios fundamentales y tan indispensables para
la vida diaria como el contenido en el artículo 17 constitucional que indica
que "Nadie puede ser
aprisionado por deudas de carácter puramente civil"?, ¿Cuántos sabemos
lo que es una deuda de carácter puramente civil?, ¿Qué porcentaje de la
población sabe que una hoja de papel opalina llena de complejos términos
jurídicos posee exactamente la misma validez que una servilleta, sucia incluso,
que establezca una obligación y el consentimiento de realizarla por parte de
una persona?.
El conocimiento
jurídico lo posee una minoría y honestamente yo no fui familiar con muchos de
estos principios y conceptos hasta que inicié la carrera de derecho; la
situación es más grave si consideramos que no son pocas las personas que
teniendo acceso a la educación o incluso con estudios de posgrado, los
desconocen por completo. Intentemos ahora imaginar la posición frente al
derecho de la clase marginada, la que padece hambre y analfabetismo en general,
consideremos finalmente que desgraciadamente esta clase representa un
porcentaje importante de la población de nuestro país.
No resulta tan
extraño entonces que en nuestro país el derecho se haya transformado en simple
retórica sedante y que frente al contexto brevemente descrito en el
párrafo precedente, esa minoría "privilegiada" con conocimientos
jurídicos, cometa abusos e incluso utilice la ley como un instrumento de
intimidación y manipulación; naturalmente, las trampas y los atropellos
encuentran un terreno fértil en el oscurantismo legal.
Imaginemos que
alguno de ustedes no conoce las reglas del fútbol y juega una
"cascarita" conmigo, de pronto, yo tomo la pelota con la mano, le doy
un puñetazo en la mandíbula, anoto un golazo de antología e inmediatamente digo con inmensa seguridad que "gol
con la mano vale por 3 y finaliza el partido" y que además "el puñetazo en la mandíbula
es permitido cuando es contra el portero", ahora supongamos que
habíamos apostado dinero, seguramente yo terminaría con algunos billetes de más
en mi cartera, la otra persona con un moretón en la cara y la sensación de que el fútbol es
un juego espantoso pero que sin lugar a dudas yo soy todo un
"Maradona" pues lo goleé 3 a 0, ¿Qué me va a reclamar si ni siquiera
sabe qué hice mal?, ¿Con quién se va a quejar si ni siquiera sabe que
existen los árbitros o qué son las tarjetas amarillas y rojas?
Ahora
transportemos ese ejemplo a situaciones más serias y delicadas, aquellas que no
son de "cascaritas" sino que involucran el patrimonio, la libertad o
incluso la integridad física de las personas, las de prestamistas, contratos
fraudulentos, policías abusivos, letras pequeñas, firmas bajo presión, cobro de
cuotas carentes de todo fundamento legal, embargos sin la intervención de ninguna
autoridad, o peor aún, encarcelamientos sin juicio previo, las de "Hágale cómo quiera",
"Aquí yo soy la autoridá...'", "Esto es grave, joven (seño/señito),(mija/mijo),(jefe),(etc.)",
"Si no me cumple llegaremos hasta las "últimas consecuencias",
por mencionar algunas de las que lamentablemente acontecen todos los días en
México.
A lo anterior,
agreguemos la vergonzosa cifra expuesta por el Presidente de la Comisión
Nacional de los Derechos Humanos de 98% de impunidad que padecemos en nuestro
país, misma que termina de evidenciar que dónde la mayoría de la población no sabe de derecho,
quiénes lo conocen y aplican, hacen lo que se les antoja con él; no queda duda
de que nos están dando de puñetazos y vaciando la billetera con goles ilegítimos
y "Hagámosle cómo
queramos".
La noción del
derecho en México es empírica: solo lo conocemos cuando estamos frente a él, ya
sea porque lo estudiamos como profesión, porque nos demandaron o requerimos
demandar a alguien.
Si bien es cierto que aspirar a tener una población experta en temas jurídicos constituye un pensamiento utópico, creo firmemente que deberíamos considerar que para aproximarnos a una apropiada aplicación de la Ley y la Constitución, primero deberíamos saber que existen y tener una idea de qué son: ¿De qué nos sirve memorizar en la escuela que el artículo 3 de la Constitución habla sobre la educación?, ¿Qué utilidad tiene saber que existen el Poder Legislativo, Ejecutivo y Judicial si ni siquiera sabemos qué son ni para qué sirven?, ¿No sería momento quizá de considerar que una materia de conocimiento jurídico básico en las escuelas sería mucho más útil para este país?, ¿Quizá urgente?
Si bien es cierto que aspirar a tener una población experta en temas jurídicos constituye un pensamiento utópico, creo firmemente que deberíamos considerar que para aproximarnos a una apropiada aplicación de la Ley y la Constitución, primero deberíamos saber que existen y tener una idea de qué son: ¿De qué nos sirve memorizar en la escuela que el artículo 3 de la Constitución habla sobre la educación?, ¿Qué utilidad tiene saber que existen el Poder Legislativo, Ejecutivo y Judicial si ni siquiera sabemos qué son ni para qué sirven?, ¿No sería momento quizá de considerar que una materia de conocimiento jurídico básico en las escuelas sería mucho más útil para este país?, ¿Quizá urgente?
Sólo conociendo lo que nos arrebatan o niegan podríamos aspirar a reclamarlo, de lo contrario, la ilegalidad y la injusticia seguirán pavoneándose frente a nosotros sin que nos percatemos siquiera de ello.
Preguntas finales:
Frente al
analfabetismo jurídico y el 98% de impunidad, ¿Vale la pena establecer penas
más severas?, ¿Abrir el debate sobre la pena de muerte y la cadena perpetua?,
¿Esperar a que espontáneamente los "jurisconsultos" den un giro hacia
la ética y la honestidad?, ¿Tener confianza en que desaparecerá ese grupo de
abogados asquerosos que buscan intimidar y sacar ventaja con palabras
rebuscadas (muchas veces mal aplicadas) y "reglas" improvisadas?,
¿Creer que la población va a reclamar algo que ni siquiera sabe que merece?
Adrián Ricardo Flores Lozano
Recomiendo el sitio de mi amigo www.betosanro.com
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